La gestación tiene una duracion mínima de cincuenta y ocho dias y maxima de sesenta y cinco.
Si el periodo de gestacion fuese menor de lo que hemos dicho, se produciría un parto prematuro (circunstancia muy rara), si fuese al revés, es decir más largo sería un parto tardío (circunstancia algo más frecuente).
Los paseos frecuentes durante el embarazo de nuestra hembra chihuahua son beneficiosos para la gestante y los fetos. También será necesario enriquecer su alimentación, no en cuanto a cantidad sino a calidad en el último periodo de la gestación y mientras los cachorros sigan amamantándose de la madre.
Durante la gestación (el periodo prenatal del cachorro que va desde la concepción hasta el parto), el cachorro chihuahua permanece en el útero y se ve influido por el estrés de la madre chihuahua, por ello es muy recomendable cuidar y acariciar a la chihuahua gestante, esto ayuda a que los cachorros de chihuahua nazcan más dóciles y con un comportamiento equilibrado.
A continuación un video de perro de raza chihuahua embarazada; consejos, información útil, radiografía, ecografía...
En las razas minis, como es el perro de raza chihuahua, el parto es un proceso muy complicado debido al pequeño tamaño de la madre.
Aproximadamente una semana antes del alumbramiento destinaremos a la madre un lugar adecuado, un cajón de madera suficientemente grande en el que quepan tanto ella como sus cachorros chihuahua, del que no la moveremos hasta que se produzca el destete de los pequeños, ya que si después del parto los trasladamos de lugar, la madre podría aborrecerlos.
Una semana antes del parto aproximadamente empieza a tener leche.
Un par de dias antes la hembra chihuahua habrá dado signos de la proximidad del parto, estará muy inquieta (por ejemplo puede rascar el suelo o las paredes o destrozar las prendas que encuentre a su paso).
Un parto normal puede durar entre 5 y 24 horas, y en algunos casos, principalmente si son primerizas, el tiempo se puede prolongar hasta 36 horas.
La temperatura corporal nos indicará cuando va a parir, ya que habrá descendido notablemente por debajo de lo normal (38,5-39ºC) hasta los 37ºC o incluso menos. A partir de entonces, no la dejaremos sola.
Para tomar la temperatura rectal utilizaremos un termometro digital que podemos encontrar en cualquier farmacia, nunca se os ocurra usar uno de cristal y mercurio, ya que podría romperse.
El parto resulta más facil si la perra está tranquila y vigilada discretamente por la persona con la que ella tiene más confianza y relación.
Al comenzar el parto se produce la ruptura de aguas, cuando el saco amniótico libera su contenido. Desde la ruptura de la bolsa de líquido a la expulsión del cachorro chihuahua pueden transcurrir dos horas. No siempre este plazo de tiempo es el mismo. A partir de este momento, es importante que este con ella la persona de confianza que hemos mencionado para darle seguridad, así ella se relaja y la ayuda a dilatar, de vez en cuando mientras la observamos la acariciaremos, siempre sin excedernos en mimos que no harían otra cosa que desconcentrarla hasta el punto de olvidar que tiene que parir.
Cuando llegue la hora de dar a luz un cachorro, la perra comenzará a empujar en pequeños intervalos de dos a tres minutos, arqueará la cola hacia abajo y meterá los riñones.
Si la vemos empujar en pequeños intervalos de dos a tres minutos y vemos que el cachorro no sale, deberemos acudir inmediatamente al veterinario, pues seguramente haya que practicarle una cesárea.
Mientras la situación transcurre con normalidad, la perra jadea y escarba, no debemos ponernos nerviosos, pues la hembra detecta nuestro estado de ánimo y se puede alterar.
Conforme el cachorro va recorriendo el canal del parto, apreciaremos que los dolores son más intensos y al mismo tiempo más continuos, los dolores la obligan a levantarse, vemos como mete los riñones para empujar y arquea aun más la cola, el cachorro comienza a presionar desde el interior y vemos como se abulta la zona de alrededor de la vulva que se ensancha, el cachorro esta bien situado en el canal y comienza a asomar envuelto en la placenta, si observamos que viene de cabeza, dejamos que todo transcurra con normalidad.
Mientras observemos que la bolsa está intacta, esperamos a las siguientes contracciones y que el cachorro nazca por sí mismo. Ahora bien, en caso de que la bolsa se rompa antes de salir, le despejaremos la boca al cachorro para que pueda respirar.
Una vez ha nacido el cachorro, la hembra procederá a abrir la placenta, si no fuese así, nos ocuparemos nosotros de hacerlo. Para ello, abriremos nosotros mismos la bolsa, tomaremos la precaución de poner al cachorro boca abajo y romperemos la bolsa a la altura de la boca, así evitaremos que trague líquido amniótico.
A veces puede pasar que nazca el cachorro y la placenta se quede dentro, entonces deberemos coger con cuidado el cordon umbilical y tiraremos con suavidad para sacarla.
Si la madre tampoco muestra iniciativa de cortar el cordón umbilical, otra vez nos tocará desempeñar el papel de la madre, para ello ataremos el cordón con un hilo a unos 6 milímetros del ombligo y cortaremos el cordon umbilical siempre por fuera, o sea entre el hilo y la placenta, nunca entre el cachorro y el hilo.
No cortaremos inmediatamente el cordón umbilical; debemos esperar un par de minutos desde que nace para dar al cachorro la posibilidad de recibir toda la sangre de la placenta. Luego abriremos
delicadamente la boca del cachorro, le quitaremos la mucosidad y sujetaremos al recién nacido boca abajo, sacudiéndolo si es necesario para que empiece a respirar. Después seguiremos estimulando
su primera respiración masajeando el pecho con un trapo limpio.
Hay criadores que son partidarios de dejar que la madre se coma la placenta del cachorro e incluso si ven que la deja, la animan a comerla y se la trocean con una tijera para que la pueda ingerir sin problemas, esto es porque piensan que esto ayudará a la bajada de la leche materna, aunque te advierten de que no es conveniente que coma más de tres, pues podría sentarle mal y producirle diarreas y que tampoco le demos jamás la placenta de un cachorro que haya nacido muerto, pues podría provocar a la madre una infección, en cambio otros criadores piensan que no es una práctica recomendable, ante la duda mejor nos abstenemos de hacerlo.
Algo muy importante es contar las placentas, si alguna se ha quedado dentro, la madre la expulsará, pero si no lo hiciese podría provocar una infección en ella, por ello insistimos en que hay que contar las placentas, al final deberemos contar igual número de placentas que de cachorros.
Personalmente en los partos disponemos de un rollo de papel de cocina para cuando nace el cachorro y ya sin la placenta poder secarlo bien, después se lo pasamos a la madre para que lo lama impregnándolo de su olor y para que lo estimule. La perra al lamer al cachorro estimula su función cardio-respiratoria.
Según se va secando el cachorro va cambiando la tonalidad del pelo.
Durante las primeras horas no hay que perder de vista la camada y observar que todos los cachorros se enganchan bien a la teta, en caso de que alguno no mame, hay que ponerlo hasta que lo haga por sí mismo.
Con algunos cachorros, esta operación puede llegar a ser agotadora, una vez que te has asegurado de que ha mamado, tienes que observarlo y si a las dos horas no se ha vuelto a enganchar, hay que volver a ponerlo.
Si un cachorro viene de culo, estos son los casos que asoman las patas traseras, hay que extremar el cuidado, procurando que la bolsa no se rompa porque en caso de que se rompiese, el cachorro comenzaría a intentar respirar, necesita oxígeno y si la cabeza esta dentro del útero se ahogará con el líquido amniótico. A pesar de venir de culo muchos nacen sin dificultad, pero en otros casos no es así, en ese caso hemos de coger al cachorro y estirar de él, con suavidad, energía y firmeza, lo más rapido posible, ya que sólo disponemos de 20 segundos para poder sacarlo con vida.
Los cachorros van naciendo por lo general de forma irregular; así entre el nacimiento de uno y otro, pueden transcurrir 20 minutos, una hora o más.
Si el parto se alargara y la perra comenzara a dar signos de cansancio y agotamiento, le prepararemos un vaso de leche bien cargado de café, con azucar y una yema de huevo, lo que la ayudará a reponer fuerzas.
Una vez que han nacido los cachorros, la temperatura donde se encuentran debe ser de unos 25ºC-30ºC, para evitar que estos cojan frio, dado que al nacer los cachorros son incapaces de regular su temperatura corporal. Asimismo, deberemos evitar que haga un calor sofocante, pues la madre podría abandonar sus cachorros para ir en busca de un lugar mas fresco.
Después del parto, podemos limpiar el vientre, las mamas y la vulva de la madre chihuahua con una esponja suave y agua con un poco de jabón y después aclarar.
*Cuando la hembra lleva haciendo un gran esfuerzo durante una hora sin que nazca ningún cachorro.
*Cuando pasan más de tres horas entre cada cachorro.
*Necesitaremos unas tijeras de punta redondeada como las que se usan para el bebé humano, esto será para evitar cortes o heridas a los cachorros. Las tijeras se ponen dentro de algun recipiente con alcohol para que esten esterilizadas, las manos las tenemos que tener limpias.
*Hilo para atar el cordón umbilical.
*Un rollo de papel de cocina para secar a los cachorros recién nacidos.
*Guantes de látex que nos facilitarán la manipulación del cachorro.
*Una báscula para ir pesando a los cachorros.
*Tendremos leche en polvo específica para uso canino en previsión de que la madre no tuviera suficiente o ninguna. En este caso, estimularemos el perineo después de cada toma con
un algodón o unas gasas, un poco humedecido con agua para facilitar la micción y defecación del cachorro.
*Una vez finalizado el parto, es importante para evitar infecciones umbilicales desinfectar la zona donde se formará el ombligo, tocándolo con un poco de solución de povidona
yodada.
*Pesar a los cachorros diariamente para comprobar que van ganando peso.
El parto se divide en dos fases:
Primera fase.
Corresponde a la apertura y relajación del cuello del útero para la salida de los cachorros. La hembra chihuahua tiembla, jadea y puede vomitar. Los labios vulvares se engruesan
y se escapa por la comisura inferior un líquido viscoso blanco-amarillento. Se pueden apreciar contracciones uterinas, pero siempre de débil intensidad. Anda en círculos, se recuesta en el suelo,
y no quiere comer ni beber, aunque algunas hembras en cambio muestran un apetito voraz. Nada debe molestarla a su alrededor.
Segunda fase.
Comienzan las contracciones cada 2 o 3 minutos, con mucho esfuerzo y termina con la de expulsión de los cachorros.
Se debe mantener limpia tanto a la madre chihuahua como su entorno, deberá siempre tener la ropa de la cama limpia y cambiarla tantas veces como sea necesario, no basta con cubrir con más ropa limpia la que está manchada, fregaremos bien el suelo con agua y fregasuelos y después secaremos bien para evitar cualquier exceso de humedad.
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